domingo, 9 de febrero de 2014

MIENTRAS SEGUIMOS EN EL INTERMEDIO

    
     ANTÍGONA.- Hades, sin embargo, desea leyes iguales.
     CREONTE.- Pero no que el bueno obtenga lo mismo que el malvado.
     ANTÍGONA.- ¿Quién sabe si allá abajo estas cosas son las piadosas?.
     CREONTE.- El enemigo nunca es amigo, ni cuando muera.
     ANTÍGONA.- Mi persona no está para compartir el ODIO, sino el AMOR.
                                                                                 ( ANTÍGONA, 520- SÓFOCLES)


         BAJADA AL INFIERNO  O LA PÉRDIDA DEL HONOR


          Cuando decide enterrar a su hermano Polinices, ¿qué es Antígona una desobediente rebelde?, o ¿una heroína mártir?, o, ... ¿quizás acude a la llamada de su honor, qué está por encima de las conveniencias, intereses, normas o leyes que los hombres tratan de imponer?

     Los grandes males que aquejan a nuestra sociedad, vienen en gran parte de la pérdida del honor, de ese noble valor que confiere la dignidad al ser humano.
     Ante su vergonzosa pérdida, hemos bajado al infierno y sólo nos queda refugiarnos en la poesia. Acompañemos pues a Dante en su viaje:

     A mitad del camino de la vida
     yo me encontraba en una selva oscura
     con la senda derecha ya perdida.
     ¡Ah, pues decir cuál era es cosa dura
     esta selva salvaje, áspera y fuerte
     que en el pensar renueva la pavura!
                (Infierno- Canto I, 1-6)

     Cuando todo valor moral se pierde y la mentira y la manipulación se adueñan de la escena pública, y la confrontación se reduce a una plebeya ordinariez, sólo nos cabe excusarnos como el poeta ante Virgilio por atender el estúpido y desgraciado enfrentamiento entre los dos contendientes, maese Adamo y el griego Sinón, que a través de la mentira introdujo el caballo en Troya:

     Atentamente estaba yo escuchando,
     y el maestro me dijo: "¡ Escucha y mira,
     que contigo me estoy disgustando!"
     Cuando oí que me hablaba con tal ira,
     con tal vergüenza hacia él me fui volviendo
     que todavía en mi memoria gira.
     Como el que un sueño malo está teniendo,
     que, soñando, soñar desearía
     lo que no cree que es, y ya está siendo,
     no pudiendo yo hablar, tal me ocurría,
     que quería excusarme, y me excusaba
     en realidad y no me lo creía.
                 (Infierno- Canto XXX, 129- 140)


     Sólamente saldremos del infierno, si como el noble Caballero de la Triste Figura buscamos a nuestra Dulcinea, o como Dante saliendo del infierno, cuyos versos reproducimos a continuación, para pasando por el Purgatorio, alcanzar el Paraiso y a su amada Beatriz, alegoría de la búsqueda del honor perdido:

     Por el camino entramos encubierto
     mi guía y yo, buscando el claro mundo;
     y, sin querer descanso, a descubierto
     subimos, él primero y yo segundo;
     y entonces pude ver las cosas bellas
     que el cielo da, por un hueco rotundo:
     y otra vez contemplamos las estrellas.
                 (Infierno- Canto XXXIV, 131- 139)

                                                                    Pepe Marco